El sábado 27 Katia me propone dar un paseillo por el Valle de la Fuenfría. Como no me veo mal después del Cross de la Cuerda Larga acepto. La idea es seguir un track de Mayayo publicado en su blog, en concreto éste que va desde la pradera de Majavilán, en Cercedilla, hasta Peña del Aguila y la Peñota. Ya había subido a la Peñota por Los Molinos con Kbralok, Beto y el gallego Oscar, y me gustaron mucho las vistas, así que la propuesta era interesante, y de paso conocería la subida desde el otro lado.
Fotografía: Fotosierra.com |
Esta vez fui sin agua, iluso de mi, pensando en llenar el bidón en las fuentes de Majavilán. Dije con las lluvias pasadas ya caerá agua por los caños. Error. Los manantiales están tan secos que en esta parte baja nada de nada. Apareció mi compañera de senda y nos pertrechamos con todo lo necesario para pasar unas horas por el monte mojándonos lo menos posible: mallas largas, chaquetas, guantes pues hace fresco y hasta una gorra, no soporto la lluvia cuando me cae por la cara.
Empezamos un poco despistados, todavía nos cuesta manejarnos con el GPS, pero tenemos muy claro que tenemos que subir como digo yo "to parriba", así que nada más empezar la carretera de la República cogemos un sendero que junto a un arroyo nos lleva hasta la Calzada Romana. Esta equivocación nos hará recorrer algunos kilómetros de más, aquí el chispeo se empieza a convertir en lluvia de verdad y poquito a poco llegamos al puerto de la Fuenfría. Arriba, bastante viento, un par de ciclistas despistados y una cortina de agua importante. No nos importa, las vistas merecen la pena. Cogemos la Vereda del Infante o Calle Alta camino de Peña Águila. Para mi esta pista es muy maja porque te permite correr, pues el firme está muy bien, y las vistas son espectaculares, aunque hoy la lluvia y la niebla no nos van a dejar ver mucho. Yo siempre de coña he dicho que me va más el estilo americano de correteo de montaña, por nuestros montes los pasos complicados me dan miedo porque soy un patoso, las subidas muy técnicas me cuestan bastante y las bajadas, aunque no se me dan mal, aún tengo muchísimo que aprender. Así que estas pistas como la Calle Alta me van que ni al pelo.
Continuamos la mañana entre parloteo y parloteo. Sigue lloviendo. De vez en cuando paramos para hacer una foto e inmortalizar la mañana, o coger por fin agua con mi bidón de la Fuente del Infante. Seguimos sin cruzarnos con nadie. La mañana no invita a andar por el monte, el barro es un elemento tan desagradable que es normal que sigamos solos.
Foto por aquí, foto por allá, un dátil, una barrita y agua, mucha agua. Sin pararnos mucho, por no decir nada, seguimos dándole a la zapatilla hasta que llegamos a la base de Peña del Águila. La niebla empieza a bajar y aquí el viento pega más fuerte. Cruzamos una valla para pasar al lado segoviano de la montaña. En la descripción de Sergio en su blog dice que aquí comienza una pista "lo bastante tendida para poder correrla entera", jajaja. Lo intentamos pero nos toca andar, nuestras patitas no dan para más. Poco a poco llegamos a la ¿cima?. Hay tanta niebla y sopla tanto viento que no nos podemos parar casi. Hacemos la foto de rigor y continuamos. Y aquí comienza la diversión de la ruta.
Saltamos una valla de piedras y empezamos a bajar por una senda bastante técnica que con la humedad de las rocas nos hace ir con mil ojos. ¡Hola vaquita!, ¿cómo suben estos bichos hasta aquí arriba?. Poco a poco llegamos al final de esta primera bajada, pasamos de nuevo la valla y decidimos otear un poco la subida a la Peñota. Hace bastante frío y vamos a asomarnos sólo un poco, yo quería echar un vistazo para recordar la excursión de febrero, vuelta para abajo.
De nuevo salto de valla y continuamos la bajada por una senda que nos va haciendo perder altura rápidamente, camino muy evidente y bonito que, tras pasar la calle alta, nos adentra de nuevo en el bosque acabando éste en el camino de los campamentos. Cruzamos la pradera y, de repente, sale el sol y la naturaleza nos ofrece un precioso arco iris. Seguimos bajando entre charla y charla- A estas alturas los cuádriceps ya empiezan a quejarse, hasta que llegamos a un camino con marcas azules que el track nos indica que debemos seguir. Esta pista es en ligero ascenso y, poco a poco, vamos acercándonos al Hospital de la Fuenfría cuando empieza a caer otro chaparrón. Comentamos lo que debe ser una carrera ultra con estas condiciones durante 20 horas, imposible. Damos el último sprint casi llegando a Casa Cirilo y muy contentos con la "vueltecita" que se nos ha ido a 18,5km y 1.135m de desnivel positivo. Solo pienso en la ducha caliente que me espera en casa, tras una mañana de las que hacen afición.
Continuamos la mañana entre parloteo y parloteo. Sigue lloviendo. De vez en cuando paramos para hacer una foto e inmortalizar la mañana, o coger por fin agua con mi bidón de la Fuente del Infante. Seguimos sin cruzarnos con nadie. La mañana no invita a andar por el monte, el barro es un elemento tan desagradable que es normal que sigamos solos.
Foto por aquí, foto por allá, un dátil, una barrita y agua, mucha agua. Sin pararnos mucho, por no decir nada, seguimos dándole a la zapatilla hasta que llegamos a la base de Peña del Águila. La niebla empieza a bajar y aquí el viento pega más fuerte. Cruzamos una valla para pasar al lado segoviano de la montaña. En la descripción de Sergio en su blog dice que aquí comienza una pista "lo bastante tendida para poder correrla entera", jajaja. Lo intentamos pero nos toca andar, nuestras patitas no dan para más. Poco a poco llegamos a la ¿cima?. Hay tanta niebla y sopla tanto viento que no nos podemos parar casi. Hacemos la foto de rigor y continuamos. Y aquí comienza la diversión de la ruta.
Saltamos una valla de piedras y empezamos a bajar por una senda bastante técnica que con la humedad de las rocas nos hace ir con mil ojos. ¡Hola vaquita!, ¿cómo suben estos bichos hasta aquí arriba?. Poco a poco llegamos al final de esta primera bajada, pasamos de nuevo la valla y decidimos otear un poco la subida a la Peñota. Hace bastante frío y vamos a asomarnos sólo un poco, yo quería echar un vistazo para recordar la excursión de febrero, vuelta para abajo.
De nuevo salto de valla y continuamos la bajada por una senda que nos va haciendo perder altura rápidamente, camino muy evidente y bonito que, tras pasar la calle alta, nos adentra de nuevo en el bosque acabando éste en el camino de los campamentos. Cruzamos la pradera y, de repente, sale el sol y la naturaleza nos ofrece un precioso arco iris. Seguimos bajando entre charla y charla- A estas alturas los cuádriceps ya empiezan a quejarse, hasta que llegamos a un camino con marcas azules que el track nos indica que debemos seguir. Esta pista es en ligero ascenso y, poco a poco, vamos acercándonos al Hospital de la Fuenfría cuando empieza a caer otro chaparrón. Comentamos lo que debe ser una carrera ultra con estas condiciones durante 20 horas, imposible. Damos el último sprint casi llegando a Casa Cirilo y muy contentos con la "vueltecita" que se nos ha ido a 18,5km y 1.135m de desnivel positivo. Solo pienso en la ducha caliente que me espera en casa, tras una mañana de las que hacen afición.