miércoles, 31 de octubre de 2012

UNA MAÑANA BAJO LA LLUVIA

El sábado 27 Katia me propone dar un paseillo por el Valle de la Fuenfría. Como no me veo mal después del Cross de la Cuerda Larga acepto. La idea es seguir un track de Mayayo publicado en su blog, en concreto éste que va desde la pradera de Majavilán, en Cercedilla, hasta Peña del Aguila y la Peñota. Ya había subido a la Peñota por Los Molinos con Kbralok, Beto y el gallego Oscar, y me gustaron mucho las vistas, así que la propuesta era interesante, y de paso conocería la subida desde el otro lado.



Fotografía: Fotosierra.com
La cita, como buenos corremontes, no podía ser en otro sitio que Casa Cirilo, junto a la pradera de Majavilán, punto de partida de la ruta a seguir. Eran las 9:30 y empezaba a chispear. Cuando llego hay poco coche, un par de ciclistas que me comentan que se vuelven, que con lluvia como que no apetece. Yo tampoco es que disfrute mucho cuando llueve pero las ganas de descubrir nuevos caminos pueden a las de dejarlo y volverme al calor de mi casa.

Esta vez fui sin agua, iluso de mi, pensando en llenar el bidón en las fuentes de Majavilán. Dije con las lluvias pasadas ya caerá agua por los caños. Error. Los manantiales están tan secos que en esta parte baja nada de nada. Apareció mi compañera de senda y nos pertrechamos con todo lo necesario para pasar unas horas por el monte mojándonos lo menos posible: mallas largas, chaquetas, guantes pues hace fresco y hasta una gorra, no soporto la lluvia cuando me cae por la cara.

Empezamos un poco despistados, todavía nos cuesta manejarnos con el GPS, pero tenemos muy claro que tenemos que subir como digo yo "to parriba", así que nada más empezar la carretera de la República cogemos un sendero que junto a un arroyo nos lleva hasta la Calzada Romana. Esta equivocación nos hará recorrer algunos kilómetros de más, aquí el chispeo se empieza a convertir en lluvia de verdad y poquito a poco llegamos al puerto de la Fuenfría. Arriba, bastante viento, un par de ciclistas despistados y una cortina de agua importante. No nos importa, las vistas merecen la pena. Cogemos la Vereda del Infante o Calle Alta camino de Peña Águila.  Para mi esta pista es muy maja porque te permite correr, pues el firme está muy bien, y las vistas son espectaculares, aunque hoy la lluvia y la niebla no nos van a dejar ver mucho. Yo siempre de coña he dicho que me va más el estilo americano de correteo de montaña, por nuestros montes los pasos complicados me dan miedo porque soy un patoso, las subidas muy técnicas me cuestan bastante y las bajadas, aunque no se me dan mal, aún tengo muchísimo que aprender. Así que estas pistas como la Calle Alta me van que ni al pelo.

Continuamos la mañana entre parloteo y parloteo. Sigue lloviendo. De vez en cuando paramos para hacer una foto e inmortalizar la mañana, o coger por fin agua con mi bidón de la Fuente del Infante. Seguimos sin cruzarnos con nadie. La mañana no invita a andar por el monte, el barro es un elemento tan desagradable que es normal que sigamos solos.

Foto por aquí, foto por allá, un dátil, una barrita y agua, mucha agua. Sin pararnos mucho, por no decir nada, seguimos dándole a la zapatilla hasta que llegamos a la base de Peña del Águila. La niebla empieza a bajar y aquí el viento pega más fuerte. Cruzamos una valla para pasar al lado segoviano de la montaña. En la descripción de Sergio en su blog dice que aquí comienza una pista "lo bastante tendida para poder correrla entera", jajaja. Lo intentamos pero nos toca andar, nuestras patitas no dan para más. Poco a poco llegamos a la ¿cima?. Hay tanta niebla y sopla tanto viento que no nos podemos parar casi. Hacemos la foto de rigor y continuamos. Y aquí comienza la diversión de la ruta. 

Saltamos una valla de piedras y empezamos a bajar por una senda bastante técnica que con la humedad de las rocas nos hace ir con mil ojos. ¡Hola vaquita!, ¿cómo suben estos bichos hasta aquí arriba?. Poco a poco llegamos al final de esta primera bajada, pasamos de nuevo la valla y decidimos otear un poco la subida a la Peñota. Hace bastante frío y vamos a asomarnos sólo un poco, yo quería echar un vistazo para recordar la excursión de febrero, vuelta para abajo.
De nuevo salto de valla y continuamos la bajada por una senda que nos va haciendo perder altura rápidamente, camino muy evidente y bonito que, tras pasar la calle alta, nos adentra de nuevo en el bosque acabando éste en el camino de los campamentos. Cruzamos la pradera y, de repente, sale el sol y la naturaleza nos ofrece un precioso arco iris. Seguimos bajando entre charla y charla- A estas alturas los cuádriceps ya empiezan a quejarse, hasta que llegamos a un camino con marcas azules que el track nos indica que debemos seguir. Esta pista es en ligero ascenso y, poco a poco, vamos acercándonos al Hospital de la Fuenfría cuando empieza  a caer otro chaparrón. Comentamos lo que debe ser una carrera ultra con estas condiciones durante 20 horas, imposible. Damos el último sprint casi llegando a Casa Cirilo y muy contentos con la "vueltecita" que se nos ha ido a 18,5km y 1.135m de desnivel positivo. Solo pienso en la ducha caliente que me espera en casa, tras una mañana de las que hacen afición.


lunes, 22 de octubre de 2012

UN DOMINGO EN LA CUERDA… FLOJA


XXV CROSS DE LA CUERDA LARGA

Ayer se celebraba la XXV edición del Cross de La Cuerda Larga. Inconsciente de mi, tres días antes de hacer la Madrid-Segovia se me ocurre inscribirme. Vi vídeos de la salida, todos en camiseta de manga corta, y como conocía a varios inconscientes como yo allá que fui.

Os voy a hacer un resumen de la carrera, aquí está…

Las predicciones meteorológicas, un correo que nos manda la RSEA Peñalara con material obligatorio y mis miedos me hicieron el viernes por la mañana tomar la decisión de dejarlo para otra ocasión, estoy dispuesto a sufrir pero no tanto. Juan Seguí me convence para que posponga mi decisión al sábado. Yo que me niego a rendirme tan pronto, acepto. El caso es que el pronóstico va mejorando y parece que salvo frío, vamos a pasar poco más, se esperaban vientos más o menos moderados, sin lluvia o muy poca.

Llegamos al puerto de la Morcuera, gracias a la amabilidad de Pedro, otro corremontes roceño que me acepta como polizón en su coche junto a su familia, y con sorpresa veo está entrando niebla desde el otro lado de la sierra. Aquí aparecen mis fantasmas. De repente aparece mi ángel de esta carrera, José A. Sancho, un monstruo de las montañas que conocí hace una semana en una quedada organizada por la tienda Trailxtrem, aquí puedes seguir sus Montañas de Pasión. La verdad es que sus palabras me tranquilizaron también y el hecho de que él fuera el corredor escoba.
A las 9:30 comienza el lío. Hace fresquito pero es soportable. Todo el mogollón camino de La Najarra, cuesta dura de entrada, sin anestesia, todos andando, el grupo de gente con los que echamos unas risas antes de salir capitaneado por Juan Seguí están a tiro de piedra. Yo decido ir a mi bola, esta carrera no quiero atarme a ningún ritmo ni agobiarme porque no llego. Les veo hasta que llega el primer embotellamiento y ya no sé más de ellos.

Vamos subiendo poquito a poco hasta el primer control, y aquí empieza a aparecer algo de niebla. En las bajadas voy muy bien, me gusta correr bajando tanto como me cuesta subir.

Seguimos subiendo y bajando riscos hasta la Loma del Pandasco, donde parece que la niebla va más baja y es más “meona”, y aquí pasa lo que tenía que pasar. José, el corredor escoba, ya me indicó que tuviera cuidado en este punto porque las piedras estaban mojadas y podría resbalar. El resto os lo podéis imaginar. Después de levantarme, hago informe de daños, todo parece que está en sus sitio, bieeen!!!.

Continúo poquito a poco subiendo y bajando,  intentando correr en los senderos. Un gel por aquí, unos dátiles por allá, ahora una barrita, todo sin parar. La temperatura según subimos está bajando de forma exponencial, así que sin parar, y casi como sin querer, llego a la base de Cabezas de Hierro, siempre con un grupo de corredores a mi alrededor. Poco a poco con paciencia voy subiendo por el sendero hasta que llego casi arriba y aparece la figura de un Guardia Civil en un risco gritando “manteneos en grupo”. Aquí la niebla es más densa. Coronamos Cabeza de Hierro Mayor, pasamos el control y verdaderamente no se lo que hago que me despisto y me veo solo, sin nadie por delante y sin nadie por detrás. En un principio me quiero parar y esperar a alguien pero por otro lado llevo el track en mi gps y el recorrido está muy bien marcado. Es momento de ahuyentar fantasmas.

Paso un momento malo en el canchal de después de cabezas, pero en ese momento oigo que se acerca otro corredor. Levanto un poco el pie y me rebasa en la bajada hacia Valdemartín. Anda bastante más perdido que yo así que decido seguir a mi bola en la bajada con mucho cuidado porque aquí ya empieza a llover bastante y el reloj me marca -4 ºC. Frío y lluvia es una combinación que no me mola.

La subida a Valdemartín se me empieza a atragantar. A nivel psicológico, el no tener referencias visuales me cuesta un poco y el no ver las antenas me hace no saber exactamente cuánto queda hasta La Bola. Aquí en la subida me adelantan un par de corredores y empiezan a aparecer senderistas. Hay vida en la sierra. Larga bajada pegados a las pistas de esquí y comienza la última subida. Sigo sin ver las antenas.

A lo lejos diviso una luz me acerco y son los Bomberos que están animándonos y a 10 metros el control del Alto de Guarramillas. ¡Bendito membrillo que me han subido hasta aquí! ¡Me sabe a gloria! Unos cacahuetes y unas onzas de chocolate. Qué valientes son los voluntarios que lloviendo y con un frío de tres pares están con una sonrisa y una palabra de ánimo.

Llegado a este punto me dejo caer tan rápido como me permiten mis cuádriceps por la pista de cemento hasta que me encuentro con unos forestales que me indican que he de bajar por la pista de esquí. ¡Quién dijo miedo! Bajada vertical hasta que llego a la civilización. Te encuentras con gente que te alienta, paran el tráfico del puerto para que pases, escuchas ánimos varios... Con lo que he sufrido por el frío, con los fantasmas contra los que he tenido que luchar, me dan ganas de llorar de nuevo, soy un sentimental. Ultimo sprint que parece que vuelo y meta.

Muy bonita carrera en la que me estrenaba en las carreras de montaña de verdad, en la que he conseguido desterrar algunos fantasmas y que repetiré sin duda el año que viene, si las fuerzas acompañan. Mi meta era llegar sin romperme la cabeza y finalizar, y ahí está: reto conseguido.

Gracias de nuevo a los voluntarios de la RSEA Peñalara, en especial a José A. Sancho por sus palabras antes de la carrera, al grupo de montaña de la Guardia Civil y a los Bomberos y Forestales por su ayuda en este día de locos, en el que todos hemos intentado no caer de la Cuerda.... floja. 

lunes, 1 de octubre de 2012

SEGURIDAD ANTE TODO

IV Edición de la Ultra Cavalls del Vent

Este fin de semana se ha celebrado la prueba de ultrafondo Cavalls del Vent en el Parque Natural del Cadí-Moixeró, una carrera de 84 kilómetros y 12.000 metros de desnivel acumulado.

Ya avisaron antes de la salida que la meteorología no iba a ser favorable, con temperaturas bajas en cotas altas, viento y nieve. Aún así casi 900 valientes tomaron la salida. La meteorología endureció mas aún una carrera que ya de por sí es dura, aquí tenéis la crónica de carrerasdemontana.com .
Durante la noche una de las corredoras falleció por hipotermia. En un primer momento lo que piensas es que gente poco preparada se enfrenta a pruebas de alto nivel y la montaña es un escenario hostil donde en ocasiones si no te sabes retirar a tiempo lo puedes pagar con la vida.
Cuando ya empiezas a indagar sobre la participante empiezan a salir más datos,  aquí podéis leer la noticia. Era Teresa Farriol, una experimentadísima corredora de montaña que ya había participado en esta carrera en otras ocasiones.
Teresa Farriol. Fotografía www.vilaweb.cat
A juzgar por el número de retirados fue duro no, durísimo. Realmente no sé qué pudo llevar a Teresa a continuar si se encontraba en malas condiciones. Sólo ella sabe por qué lo hizo.

Desde mi absoluta inexperiencia y respetando a los demás y sus opiniones, cuando uno hace cualquier actividad sabe a qué peligros se expone. No he corrido muchas carreras de montaña pero en general la gente que lo hace son personas que saben a lo que se enfrentan, aunque también estoy de acuerdo que en ocasiones hay gente inconsciente que no piensa realmente donde se mete.

Durante mi estreno en las carreras de ultradistancia en la Madrid-Segovia vi a gente muy preparada en cuanto a material se refiere, y gente que iba con una botellita de agua en la mano. Yo preferí cargar con material, incluido mi frontal desde el principio, a pasar un mal trago en un momento dado. Como dice Alfonso en almasyrunner.es: “no podemos los corredores normales imitar a los corredores pros en sus videos promocionales”.

Seguridad ante todo.

Descanse en paz Teresa y un abrazo a sus familiares y amigos.